ABIGAÍL SUNCÍN
domingo, 8 de septiembre de 2013
Enciende la luz de tu alma
Entrevista a Abigaíl
Suncín:
.
Editoriales La Rosa :
Su nuevo libro es “Enciende La Luz
de tu alma” ¿Por qué lo llamó de esa manera?
La luz es sinónimo de sabiduría, comprensión,
entendimiento y divinidad. Y el título hace referencia directamente a una parábola
de Jesús que me fascina cuando nos dice:
Ustedes son la luz del mundo: ¿Cómo se puede
esconder una ciudad asentada sobre un monte?
Nadie enciende una lámpara para taparla
en un cajón; la ponen más bien sobre el candelero, y alumbra a todos los que
están en la casa.
Hagan,
pues, que brille la luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por
ello den Gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos.
(Mateo 5,
14-16)
Esta es una de mis parábolas
favoritas, en ella Jesús nos está reafirmando nuestra esencia divina, nuestro
linaje celestial, al decirnos “Ustedes son la luz del mundo”.
De la misma
manera que nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; de la misma
manera nosotros no vamos a encender la luz de nuestro corazón con sus
enseñanzas para taparla con nuestro cuerpo físico material. Todo lo contrario,
Jesús nos pide que dejemos manifestar nuestra nueva conciencia a los hombres
para que ellos vean que estamos conectados con Dios; y cuando vean estas buenas
obras de nuestro Padre en nosotros, ellos también creerán. Por eso le puse
“Enciende la luz de tu alma”.
E.L.R.: ¿Por qué escogió precisamente las enseñanzas de Jesús como el
maestro espiritual para su libro y no algún otro como Buda o Krisna?
Es simple, a Jesús lo conozco
desde pequeña y lo considero el “Maestro de Maestros” porque su enseñanza es
sencilla y fácil de comprender, está dirigida a todos los habitantes de la Tierra (y el Universo) que
quieran oírla. No se basa en prácticas difíciles de llevar a cabo, ni los
mandamientos se cumplen por miedos infundados a un Dios castigador. Él nos vino
a dar a conocer como funciona el Universo de nuestro Padre, cómo debemos actuar
si queremos que todo este bien y también nos dijo lo que nos puede pasar si
actuamos de mala manera. En esencia es nuestra decisión, somos nosotros mismos
los que escogemos nuestro destino.
Tal vez si yo hubiera nacido en la India probablemente hubiera
escrito de los vedas, que por cierto me llaman mucho la atención porque tienen
una enseñanza profunda que también puede guiarnos por el buen camino y quien
sabe, quizás lo haga en el futuro, de hecho en “Enciende la luz de tu alma” menciono
muchas anécdotas o parábolas védicas muy lindas que nos ayudan a comprender la
vida.
E.L.R.: ¿Aparentemente sus libros no tienen nada que ver el primero con
el segundo, y decimos aparentemente porque usted insiste que sí están
conectados, explíquenos?
Es una conexión espiritual que
viene desde “El principito”. Con “La
Rosa que cautivó al Principito” pretendo que las personas
conozcan de dónde Saint-Exupéry tomó las ideas para escribir su libro más
conocido y que también se sepa la historia del La rosa de la cuál el principito
estaba muy enamorado. En realidad la historia de el pequeño principito y su
rosa es un reflejo directo de la relación de Saint-Exupéry con su esposa, al
final del libro hago una interpretación de “El Principito” y en donde se ve
claramente esta relación de la que hablo. Y es algo mucho más profundo, algo
que sólo lo pueden ver las personas que ven con el corazón, porque la unión de
Saint-Exupéry y Consuelo fue parte de una perfección espiritual que tenía como
propósito el valioso mensaje dado a la humanidad por el pequeño Principito. Es
un libro que no trata de opacar ni desvirtuar a ninguno de los dos, (como otros
libros) todo lo contrario exalta esa unión para descubrir el verdadero
propósito de Dios.
El pequeño Principito nos da a conocer la parte más valiosa de nuestro
ser y los verdaderos valores humanos y de la vida sobre la base del amor y la
amistad. “Enciende la luz de tu alma” tiene como propósito que todas las
personas encuentren a ese pequeño principito que se haya en nuestro corazón
para que nos podamos realizar plenamente y el camino es garantizado porque esta
basado en las enseñanzas de Jesús, el Maestro de Maestros.
En
realidad “El Principito” tiene una profundidad muy cristiana.
E.L.R.: ¿Qué es para Abigaíl Suncín su libro “Enciende la luz de tu alma”?
Es un manual de guía práctica para la vida
cotidiana que enseña a cómo desenvolverse,
para que siempre nos estén
pasando cosas buenas. Jesús nos dio la llave de Universo para resolver todos
nuestros problemas, pero es deber de cada uno de nosotros poner en práctica
esos valiosos conocimientos para que haya un cambio radical en nuestra vida. Si te fijas bien en la portada, verás que Jesús tiene entre sus manos el Universo que nos lo está entregando a nosotros. Así como lo hizo en su vida.
Este libro no es religioso. Las enseñanzas
de Jesús nos ayudan independientemente de la religión que profesemos, de las
creencias que tengamos o el lugar dónde vivamos. Son enseñanzas universales que
nos sirven a todos.
Lo
increíble de todo esto es que hasta hoy, con el surgimiento de la física
cuántica se está descubriendo que todo lo que Jesús nos reveló hace un poco más de dos mil años
es una realidad tangible y esto hace que hasta los ateos más recalcitrantes
puedan leer este libro si así lo desean. Contrario a los que muchos podrían
pensar, las enseñanzas de Jesús no están en contra de la ciencia, sino todo lo
contrario. Es ahora que la ciencia empieza a comprobar la veracidad de todas sus enseñanzas.
E.L.R.: Bueno Abigaíl, muchas gracias por la entrevista.
Antoine et Consuelo de Saint-Exupéry
La odisea de la rosa, la influencia de Consuelo de Saint-Exupéry en su
esposo.
Antes de leer
su historia, me gustaría que reflexionaran un poco acerca de la vida… ¿Qué es
la vida?... Para mí, definir la vida es un poco complicado, en el diccionario
se lee que es el tiempo que transcurre desde que se nace hasta que se muere,
pero esa definición es muy corta, es muy sencilla, la vida es algo más grande,
es algo maravilloso e increíble, es un regalo divino.
El
verdadero significado de la vida muy pocas personas lo conocen, pues la mayoría
pasa inmiscuida en sus problemas y ocupaciones, que se olvidan de lo esencial y
de lo verdadero… muy pocas personas han encontrado el propósito de su vida y de
la vida, pero aquellas que lo han hecho son impulsadas por un gran ideal, un
llamado divino que los mueve hacer cosas increíbles con un verdadero éxito, y
no solo eso, sino que sirven de inspiración a los demás y los llenan de alegría
y entusiasmo. Por eso la vida de Consuelo Suncín me entusiasma y me motiva a
seguir tras mis sueños. No es un secreto que todos y cada uno de nosotros
tenemos motivaciones, y cada motivación tiene una serie de circunstancias
precedentes que nos llevan a concretizar nuestras ideas, nuestros deseos y
nuestros sueños.
Desde
pequeña empecé a conocer la vida de Consuelo Suncín de Saint-Exupéry, ya que mi
madre y mi abuela me contaban anécdotas de ella, historias muy interesantes que
fueron las causantes de que escribiera este libro.
Consuelo
Suncín, realmente fue una mujer extraordinaria que tenía un espíritu inquieto
que se negó a someterse a las reglas imperantes de la asfixiante sociedad que
le tocó vivir.
Siempre
supo que todos los riesgos a los que se enfrentaba, eran una de las tantas
batallas que tenía que luchar para alcanzar su absoluta libertad, la que tanto
amaba y manifestaba para el sexo femenino, la libertad que en aquel tiempo solo
era concedida a los hombres.
Ella
tenía una voluntad de hierro y una perseverancia constante, sus inquietudes la
llevaron a otros horizontes acordes a sus ideales.
Sentía
una gran pasión por la vida, gozaba con todos sus sentidos y su fantasía,
eligió vivirla en contra de todos los convencionalismos que encerraban a la
mujer y también era muy femenina, dotada de un genuino sentido creativo como
pintora, escultora y novelista, fue una mujer de mundo capaz de hechizar a
algunas de las inteligencias más lúcidas de su tiempo.
Es un
ejemplo vivido de una voluntad positiva a toda prueba.
Ella pasó
por el mundo dejando una huella imborrable, irónicamente su vida apenas empieza
a conocerse, esa vida tan interesante, tan vital, tan contradictoria, tan
intensa como pocas.
Desde pequeña sobresalió en las
actividades escolares y cuando tenía diez años fue muy amiga de Carmen Brannon,
mejor conocida como Claudia Lars, la gran poetisa salvadoreña.
Particularmente atractiva y premonitoria
es una anécdota de estas dos niñas cuando estaban platicando de lo que iban a
ser cuando fueran grandes. Claudia le dijo a Consuelo que escribiría versos
lindísimos y que sería una persona famosa. Consuelo le contestó:
“Yo no quiero ser igual a un hombre jamás en
la vida: Primero porque los hombres trabajan demasiado, y segundo, porque casi
todos son feos. Tampoco quiero estudiar hasta volverme ciega, pues, ¿qué haría
yo sin éstos mis ojos? Si me guardas un secreto te diré que voy a ser reina de
un país lejano, y tendré vestidos de plata y oro, y anillos y collares con
piedras maravillosas. ¡Eso seré yo cuando crezca, una reina verdadera!
Ese día, las niñas pronosticaron su futuro
acertadamente. Con el tiempo Claudia sería una poetisa ampliamente reconocida.
Y Consuelo Suncín se relacionaría con la crema y nata de la intelectualidad
europea, ganando su admiración y confianza. Convertida en una mujer de mundo,
fue capaz de hechizar a dos de las inteligencias más lúcidas de su tiempo, uno
de ellos noble, lo que le valió un título aristocrático.
Jovencita la becaron para un estudio de
post-grado en inglés en San Francisco de Callifornia, luego viajó a México para
estudiar derecho y conoce al “Maestro de América”, el gran José Vasconcelos,
con quien tuvo una relación importante y él la llamaba Scheherezada tropical, ya que Consuelo tenía el don de transfigurar
los episodios de su vida en historias maravillosas, llenas de magia y encanto.
Luego se casa con el guatemalteco Enrique
Gómez Carrillo, nacionalizado argentino, quien era toda una celebridad en
Europa, conocido por “Príncipe de la
Crónica ”, ciudadano honorario de varios países y Comendador
de la Legión
de honor de Francia, había sido nombrado Cónsul de Argentina en ese país. Fue
por Gómez Carrillo que Consuelo empezó a codearse con la crema y nata
parisiense y a ser reconocida en el círculo de intelectuales y artistas
europeos. Pero la felicidad les duró poco tiempo, Gómez Carrillo murió el 29 de
noviembre de 1927, a
sólo once meses después del casamiento.
Comenzaron los homenajes póstumos de
varios países a su memoria y en 1930, el presidente de Argentina Hipólito
Yrigoyén le hizo una invitación a Consuelo para el homenaje que la nación
rendiría a Gómez Carrillo. Y fue allí en donde conoce al hombre que sería el
gran amor de su vida, el conde Antoine de Saint-Exupéry, quien se deslumbró por
Consuelo y el amor que nace esa noche es tan intenso que merece un sitio
especial entre las grandes pasiones de la historia.
Su
vida al lado de Saint-Exupéry
A pesar de que la relación entre
ellos fue bastante antagónica e incomprensible, tuvo un propósito más allá de
lo material, su unión fue parte de una perfección espiritual que se ve
claramente sin ninguna duda cuando se estudia la vida de ambos y se van
descubriendo una serie de acontecimientos y circunstancias que los llevan a
conocerse en Argentina… ese encuentro del destino fue crucial para ambos e hizo
cambiar el rumbo de sus vidas.
Consuelo
siempre consideró que Saint-Exupéry era un hombre muy especial, que estaba destinado
a sembrar una semilla en el mundo para crear una mejor raza de hombres; y
transcribe en su libro Memorias de la Rosa lo que le dijo
Antoine en una ocasión:
“Tú me dijiste una noche: tú tienes que dar un mensaje a los hombres,
nada debe detenerte, ni siquiera yo… Ese día, yo decidí casarme contigo
para siempre, y para todas las vidas que nos sean dadas cerca de las estrellas.
Y tú comenzaste a crear un mundo donde yo caminaba derecho en busca de ese
mensaje en el que tú habías creído”.
En 1943
Antoine de Saint-Exupéry, cuando ya estaba escribiendo El Principito le confía a
su amigo André Guide que Consuelo había sido la inspiradora de sus mejores
libros, que la necesitaba tanto para escribir como para vivir. A ella le
confiaba esta elocuente parábola: Amada, quiero contarte un sueño que tuve en
nuestra separación. Estaba yo en un campo. La tierra estaba muerta. Los árboles
estaban muertos. Nada tenía olor ni sabor. Y de repente, aunque en apariencia
nada había cambiado, todo cambió. La tierra volvió a vivir, los árboles
volvieron a vivir. Todo se lleno de tanto sabor que era demasiado fuerte para
mí. Yo sabía porqué y decía: “Consuelo
ha resucitado, ¡Consuelo esta aquí!”. Tú eras la sal de la tierra, tú habías
despertado mi amor por todas las cosas, con tan solo regresar. Consuelo,
entonces entendí que la quería para la eternidad.
A medida que
va pasando el tiempo, se va descubriendo y demostrando cada vez más la poderosa
influencia que Consuelo Suncín ejerció en el gran escritor. Sobre todo, en gran
medida a la importancia de la rosa en los análisis de El Principito. Y hay muchos autores de libros que han escrito sobre
eso y tienen como propósito darle el
lugar que le corresponde a Consuelo Suncín de Saint-Exupéry, al lado de su
esposo, quien edificó su vida sobre su amor, por lo que el legado de El principito a la humanidad con toda
justicia e igualdad, le pertenece a ambos. Por eso digo que El principito es el fruto del amor de
Saint-Exupéry y Consuelo, es el hijo que nunca tuvieron físicamente; sin
embargo, era verdadero y puro. Ella, de una inagotable vitalidad, encantadora y
llena de imaginación, fue una constante fuente de inspiración y poesía para su
esposo; Consuelo lo divertía y le evitaba una vida rutinaria. A su lado,
Saint-Exupéry redescubrió al niño de su infancia, ese ser puro y bello que
habita en el corazón de todos las hombres, pues él como ella, tampoco quería
crecer, y así regalaron al mundo su maravillosa historia.
La historia de
ese pequeño viajero y soñador, con un corazón tan grande como el Universo, muy
enamorado de su rosa, que nos enseña a todos los hombres las grandes verdades
del alma y de la vida, y que nos ayuda a crear la plena conciencia sobre la
importancia de mantener nuestra alma de niño, esa alma pura y espiritual, tan
llena de amor, de bondad, de solidaridad, de generosidad… ese regalo que ellos
le dieron a la humanidad es algo muy significativo, pues nos enseñan a
descubrir que existe una vida del espíritu más valiosa que la vida de la
inteligencia y la materia, una vida del espíritu que es la única que satisface
al hombre, que le calma su sed espiritual y que le da fe para seguir adelante.
La embajada
de Francia en El Salvador y el Liceo Francés, bautizaron el 22 de mayo del 2006
al Liceo con el nombre de “Antoine et Consuelo de Saint-Exupéry”, dándoles un
merecido homenaje a ambos y un reconocimiento a la influencia de ella en su esposo, por el
valioso legado que ellos dejaron a la humanidad: haber sembrado una semilla en
el mundo para crear una mejor raza de hombres.
Recordémosles,
pues, de la manera que ellos quieren que se les recuerde, en sus tiempos
felices, cuando estaban más unidos que nunca.
El Principito
El Principito de Antoine de Saint-Exupéry
Antoine
de Saint-Exupéry, el autor de El
Principito fue un hombre muy especial, el fue un gran héroe francés en la II Guerra Mundial, muy
querido y admirado en su Patria por ser un pionero en la aviación, un piloto de
pruebas arriesgado, un aviador audaz que estableció el correo aéreo postal de
París a Dakar, a Oran, a Argel, de Buenos Aires a Chile, etc. Creador de varias
patentes y un brillante escritor, símbolo de la nueva literatura francesa.
Un día
Saint-Exupéry estaba almorzando con su editor Curtice Hitchcochk y estaba
dibujando muñequitos en una servilleta, el editor le preguntó qué hacía, y
Saint-Exupéry le contestó: “Poca cosa, es un muchachito que llevo en el
corazón”. El editor vio el dibujo y tuvo una idea: “Escuche –le dijo- que le
pareciera escribir la historia de este muchachito”. Saint-Exupéry se sorprendió
con la idea y empezó a pensar… “Un libro infantil para navidad, esa época que
tanto amaba, esa época de velas, de felicidad y alegría, llena de buenos
propósitos y deseos, esa temporada de niños… él que parecía destinado a no
tenerlos nunca… y bien, a falta de uno de carne y hueso ¿por qué no crear un
pequeño Antoine imaginario, verdadero y puro”.
Así fue
como surgió la idea para escribir El
principito, ese principito tan enamorado de su rosa, a quien siempre
recordaba con melancolía porque quería regresar a su lado, ese principito tan noble y lleno de
buenos sentimientos, ese principito tan lleno de sabiduría y de amor, ese principito
que nos dejó Antoine de Saint-Exupéry ha sido uno de los más grandes regalos
que ha recibido la humanidad por el mensaje que tiene.
El
mensaje del principito es muy valioso, y es algo que se debe tomar en serio no
a la ligera. Ese mensaje nos sirve para reflexionar en las pequeñas y grandes
cosas que hacen de la vida un experiencia maravillosa, también nos enseña los
defectos materiales que no permiten al hombre realizarse plenamente ni ser
feliz.
La
mayoría de las personas piensan que el libro de El Principito fue escrito solamente para niños; pero no es cierto,
es también para adultos, para adultos que tienen corazón de niños. Todos lo
poseen, solo que algunos no lo han descubierto.
El
principito tiene una característica muy particular que la hace especial y
diferente, al mismo tiempo es un cuento largo para niños y un libro de
filosofía espiritual para adultos que nos invita a reflexionar sobre la vida,
nuestra manera de vivirla y comportarnos.
Antoine
de Saint-Exupéry definitivamente era un genio que tenía una sensibilidad y una
destreza exacta para forjar sentimientos de profundo humanismo, que a través de
su obra nos invita a los adultos a ser siempre como niños, a ver el lado bueno
de las cosas, a ser siempre positivos… Y a los niños los invita a que no
cambien su manera de ser para que cuando sean adultos sigan siendo como niños.
Su mensaje principal es que “Lo esencial es invisible a los ojos y que no se ve
bien más que con el corazón”.
En el corazón
de un niño no existe la maldad, siempre esta presente el amor puro y
desinteresado. No se deja llevar por las apariencias ni el dinero, ni por las
cosas materiales.
Los niños
son conocedores de la Verdad , saben ver
con el corazón y apreciar las cosas tal como son.
Recuerden:
“No se ve bien más que con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”. El
rey Salomón nos dijo en Proverbios (4, 23): “Primero que nada vigila tu
corazón, porque en él está la fuente de la vida”.
En el
corazón de todos ustedes y de cada uno de nosotros está Dios nuestro Padre, por
eso, tu corazón es el que te dice dónde esta el camino de tu vida, es el que
sabe tus sueños, tus anhelos y tus inquietudes más profundas, tus secretos.
Sabe lo que te hace feliz, lo que te llena de dicha, gozo, deseo y alegría.
En el
corazón habita nuestra esencia divina, nuestra parte más valiosa, nuestro yo
verdadero, el principito de cada uno de nosotros que esta esperando que lo
descubramos para que en nuestra vida nos empiecen a pasar cosas maravillosas e
increíbles.
La vida
es un viaje del alma para encontrarse a sí misma y para purificarse, es un
aprendizaje constante que debemos aprovechar al máximo con nuestro propio
esfuerzo.
La
naturaleza humana todo el tiempo esta buscando su respuesta al lado de afuera,
cuando lo que uno busca está en el interior de su corazón.
Uno puede
aprender mucho de su corazón y mucha la dicha y felicidad que se alcanza si se
comprende su propia identidad divina.
Los sueños son
la voz del alma, son la voz de Dios que nos llama para que ocupemos el sitio
que nos corresponde por la naturaleza dada de la perfección espiritual, es el
sitio que nuestro Padre ha guardado para cada uno de nosotros y por lo que nos
ha dado un talento especial que nadie más tiene.
La vida
es un regalo de Dios y el talento especial es el tesoro que nuestro Padre nos
entregó para poder compartirlo con nuestros hermanos, es decir, con toda la
humanidad. Lo que nosotros hacemos con ese talento una vez descubierto es el
mejor regalo que nosotros le podemos dar a nuestro Padre.
Jesús lo
dijo muchas veces: “Pues donde esta tu tesoro, allí estará también su corazón”.
(Mateo 6, 21)
Tengan fe
en sí mismos y estoy hablando de la
Fe que Jesús nos enseñó cuando dijo: “Yo les aseguro que el
que diga a ese cerro: ¡Levántate de ahí y arrójate al mar! Si no duda en su
corazón y cree que sucederá como dice se le concederá”. (Marcos 11, 23)
Esa fe es
la que necesitamos recuperar. Por eso crean en sus sueños dictados por su corazón,
ténganles fe porque en el corazón esta Dios y les esta diciendo dónde esta el
camino de su vida, luchen hasta alcanzar ese sueño, porque lo que se hace de
corazón siempre se logra. Cuando uno tiene malas intenciones, lo malo se vuelve
en su contra y con una curta más.
Debemos
alcanzar nuestros sueños de una buena manera, el mejor ejemplo de esto lo
encontramos en la rosa de quien estaba enamorado el principito, una rosa roja
hermosa que era salvadoreña, que nació en 1901 en el pueblo de Armenia, Sonsonate.
Y como un cuento de hadas se convirtió en condesa y llegó a codearse con los
mejores intelectuales, pintores y artistas de su época. Esa rosa venció todos
los obstáculos de su tiempo y fue capaz de inspirar una de las obras mas
admiradas del mundo…El principito.
“Los
hombres –dijo el principito- cultivan cinco mil rosas en un jardín y no
encuentran lo que buscan… Y sin embargo, lo que buscan podrían encontrarlo en
una sola rosa”.
En dicha
obra, la salvadoreña Consuelo Suncín es esa única y extraña flor que él
cultivó, cuidó y protegió… esa flor delicada, bella y distinta a todas, que le
iluminó y perfumó su mundo… ella… Consuelo, la condesa de Saint-Exupéry,
nuestra compatriota fue capaz de motivar a un gran hombre… El Principito.
Los
salvadoreños debemos estar orgullosos de esa rosa extraordinaria y debemos
tratar de ser como ella, constantes y perseverantes en nuestros sueños que
salen del corazón.
El
principito es el mensaje que Antoine dio a los hombres con el propósito de volverlos
mejores y debemos recordarlo para mantenerlo vivo en nuestros corazones.
Los niños
son el futuro del mundo, nosotros como personas adultas tenemos la
responsabilidad de guiarlos de una manera positiva para que ellos encuentren en
su corazón ese don especial que Dios les dio y que cuando sean mayores, sean
mejores que nosotros, más humanos, menos materiales y más espirituales.
A los
niños yo les digo: “Ustedes, todos ustedes,
son el futuro del mundo, no se dejen llevar por las apariencias ni el dinero,
ni por las cosas materiales. Guíense por los sueños que vienen directamente de
su corazón porque esa será la llave para encontrar el talento especial que
Dios, Padre de ustedes y de todos nosotros, les dio a cada uno y también será
la llave de su felicidad, de su éxito, de su prosperidad y abundancia”.
El
propósito de Saint-Exupéry a través de todo su relato en El Principito, es el de crear una conciencia plena en el hombre
sobre la importancia de mantener siempre su alma de niño, esa alma pura y
espiritual, tan llena de amor, de bondad, de solidaridad, de generosidad.
Es muy
importante desde hoy ir enseñándoles a los niños a ser siempre como niños
porque ellos son el futuro del mundo y me gusta recalcarlo muchas veces porque
es la verdad.
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