El Principito de Antoine de Saint-Exupéry
Antoine
de Saint-Exupéry, el autor de El
Principito fue un hombre muy especial, el fue un gran héroe francés en la II Guerra Mundial, muy
querido y admirado en su Patria por ser un pionero en la aviación, un piloto de
pruebas arriesgado, un aviador audaz que estableció el correo aéreo postal de
París a Dakar, a Oran, a Argel, de Buenos Aires a Chile, etc. Creador de varias
patentes y un brillante escritor, símbolo de la nueva literatura francesa.
Un día
Saint-Exupéry estaba almorzando con su editor Curtice Hitchcochk y estaba
dibujando muñequitos en una servilleta, el editor le preguntó qué hacía, y
Saint-Exupéry le contestó: “Poca cosa, es un muchachito que llevo en el
corazón”. El editor vio el dibujo y tuvo una idea: “Escuche –le dijo- que le
pareciera escribir la historia de este muchachito”. Saint-Exupéry se sorprendió
con la idea y empezó a pensar… “Un libro infantil para navidad, esa época que
tanto amaba, esa época de velas, de felicidad y alegría, llena de buenos
propósitos y deseos, esa temporada de niños… él que parecía destinado a no
tenerlos nunca… y bien, a falta de uno de carne y hueso ¿por qué no crear un
pequeño Antoine imaginario, verdadero y puro”.
Así fue
como surgió la idea para escribir El
principito, ese principito tan enamorado de su rosa, a quien siempre
recordaba con melancolía porque quería regresar a su lado, ese principito tan noble y lleno de
buenos sentimientos, ese principito tan lleno de sabiduría y de amor, ese principito
que nos dejó Antoine de Saint-Exupéry ha sido uno de los más grandes regalos
que ha recibido la humanidad por el mensaje que tiene.
El
mensaje del principito es muy valioso, y es algo que se debe tomar en serio no
a la ligera. Ese mensaje nos sirve para reflexionar en las pequeñas y grandes
cosas que hacen de la vida un experiencia maravillosa, también nos enseña los
defectos materiales que no permiten al hombre realizarse plenamente ni ser
feliz.
La
mayoría de las personas piensan que el libro de El Principito fue escrito solamente para niños; pero no es cierto,
es también para adultos, para adultos que tienen corazón de niños. Todos lo
poseen, solo que algunos no lo han descubierto.
El
principito tiene una característica muy particular que la hace especial y
diferente, al mismo tiempo es un cuento largo para niños y un libro de
filosofía espiritual para adultos que nos invita a reflexionar sobre la vida,
nuestra manera de vivirla y comportarnos.
Antoine
de Saint-Exupéry definitivamente era un genio que tenía una sensibilidad y una
destreza exacta para forjar sentimientos de profundo humanismo, que a través de
su obra nos invita a los adultos a ser siempre como niños, a ver el lado bueno
de las cosas, a ser siempre positivos… Y a los niños los invita a que no
cambien su manera de ser para que cuando sean adultos sigan siendo como niños.
Su mensaje principal es que “Lo esencial es invisible a los ojos y que no se ve
bien más que con el corazón”.
En el corazón
de un niño no existe la maldad, siempre esta presente el amor puro y
desinteresado. No se deja llevar por las apariencias ni el dinero, ni por las
cosas materiales.
Los niños
son conocedores de la Verdad , saben ver
con el corazón y apreciar las cosas tal como son.
Recuerden:
“No se ve bien más que con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos”. El
rey Salomón nos dijo en Proverbios (4, 23): “Primero que nada vigila tu
corazón, porque en él está la fuente de la vida”.
En el
corazón de todos ustedes y de cada uno de nosotros está Dios nuestro Padre, por
eso, tu corazón es el que te dice dónde esta el camino de tu vida, es el que
sabe tus sueños, tus anhelos y tus inquietudes más profundas, tus secretos.
Sabe lo que te hace feliz, lo que te llena de dicha, gozo, deseo y alegría.
En el
corazón habita nuestra esencia divina, nuestra parte más valiosa, nuestro yo
verdadero, el principito de cada uno de nosotros que esta esperando que lo
descubramos para que en nuestra vida nos empiecen a pasar cosas maravillosas e
increíbles.
La vida
es un viaje del alma para encontrarse a sí misma y para purificarse, es un
aprendizaje constante que debemos aprovechar al máximo con nuestro propio
esfuerzo.
La
naturaleza humana todo el tiempo esta buscando su respuesta al lado de afuera,
cuando lo que uno busca está en el interior de su corazón.
Uno puede
aprender mucho de su corazón y mucha la dicha y felicidad que se alcanza si se
comprende su propia identidad divina.
Los sueños son
la voz del alma, son la voz de Dios que nos llama para que ocupemos el sitio
que nos corresponde por la naturaleza dada de la perfección espiritual, es el
sitio que nuestro Padre ha guardado para cada uno de nosotros y por lo que nos
ha dado un talento especial que nadie más tiene.
La vida
es un regalo de Dios y el talento especial es el tesoro que nuestro Padre nos
entregó para poder compartirlo con nuestros hermanos, es decir, con toda la
humanidad. Lo que nosotros hacemos con ese talento una vez descubierto es el
mejor regalo que nosotros le podemos dar a nuestro Padre.
Jesús lo
dijo muchas veces: “Pues donde esta tu tesoro, allí estará también su corazón”.
(Mateo 6, 21)
Tengan fe
en sí mismos y estoy hablando de la
Fe que Jesús nos enseñó cuando dijo: “Yo les aseguro que el
que diga a ese cerro: ¡Levántate de ahí y arrójate al mar! Si no duda en su
corazón y cree que sucederá como dice se le concederá”. (Marcos 11, 23)
Esa fe es
la que necesitamos recuperar. Por eso crean en sus sueños dictados por su corazón,
ténganles fe porque en el corazón esta Dios y les esta diciendo dónde esta el
camino de su vida, luchen hasta alcanzar ese sueño, porque lo que se hace de
corazón siempre se logra. Cuando uno tiene malas intenciones, lo malo se vuelve
en su contra y con una curta más.
Debemos
alcanzar nuestros sueños de una buena manera, el mejor ejemplo de esto lo
encontramos en la rosa de quien estaba enamorado el principito, una rosa roja
hermosa que era salvadoreña, que nació en 1901 en el pueblo de Armenia, Sonsonate.
Y como un cuento de hadas se convirtió en condesa y llegó a codearse con los
mejores intelectuales, pintores y artistas de su época. Esa rosa venció todos
los obstáculos de su tiempo y fue capaz de inspirar una de las obras mas
admiradas del mundo…El principito.
“Los
hombres –dijo el principito- cultivan cinco mil rosas en un jardín y no
encuentran lo que buscan… Y sin embargo, lo que buscan podrían encontrarlo en
una sola rosa”.
En dicha
obra, la salvadoreña Consuelo Suncín es esa única y extraña flor que él
cultivó, cuidó y protegió… esa flor delicada, bella y distinta a todas, que le
iluminó y perfumó su mundo… ella… Consuelo, la condesa de Saint-Exupéry,
nuestra compatriota fue capaz de motivar a un gran hombre… El Principito.
Los
salvadoreños debemos estar orgullosos de esa rosa extraordinaria y debemos
tratar de ser como ella, constantes y perseverantes en nuestros sueños que
salen del corazón.
El
principito es el mensaje que Antoine dio a los hombres con el propósito de volverlos
mejores y debemos recordarlo para mantenerlo vivo en nuestros corazones.
Los niños
son el futuro del mundo, nosotros como personas adultas tenemos la
responsabilidad de guiarlos de una manera positiva para que ellos encuentren en
su corazón ese don especial que Dios les dio y que cuando sean mayores, sean
mejores que nosotros, más humanos, menos materiales y más espirituales.
A los
niños yo les digo: “Ustedes, todos ustedes,
son el futuro del mundo, no se dejen llevar por las apariencias ni el dinero,
ni por las cosas materiales. Guíense por los sueños que vienen directamente de
su corazón porque esa será la llave para encontrar el talento especial que
Dios, Padre de ustedes y de todos nosotros, les dio a cada uno y también será
la llave de su felicidad, de su éxito, de su prosperidad y abundancia”.
El
propósito de Saint-Exupéry a través de todo su relato en El Principito, es el de crear una conciencia plena en el hombre
sobre la importancia de mantener siempre su alma de niño, esa alma pura y
espiritual, tan llena de amor, de bondad, de solidaridad, de generosidad.
Es muy
importante desde hoy ir enseñándoles a los niños a ser siempre como niños
porque ellos son el futuro del mundo y me gusta recalcarlo muchas veces porque
es la verdad.
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